Contenedor para caramelos de la empresa Arcor, caracterizado con motivos de la celebración de Halloween, el cual será colocado en puntos de venta de grandes superficies. Posteriormente propone un segundo uso, a modo de alcancía, como una estrategia de apropiación para permanecer junto a los niños.

El foco estuvo puesto en la transformación del uso previo de un sistema de impresión para generar la boca del personaje, a componentes volumétricos que lograran resolver con mayor veracidad su gestualidad.

La búsqueda estuvo orientada en mejorar y diferenciar la calidad de terminaciones y representación de lo figurativo, tanto para ser coherente con la empresa Arcor como para simplificar y mejorar la productividad en la fabricación.